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El universo de David Leiva

Se conmemoran 30 años del retorno a la democracia y la palabra “dictadura” aún se respira en las voces de Roberto “Flaco” Pérez y Cheché López, integrantes del staf de Risario, la revista que desde principios de los 80 brindaba un espacio a la producción artística local (desde dibujantes y escritores hasta actores y cantantes) que no encontraba lugar en los medios hegemónicos. Y, entre sus recuerdos, la figura de David Leiva cobra relevancia: con su incorporación como director, Risario tomaría vuelo periodístico.

Luego de recorrer parte del museo itinerante de la revista, Cheché y el Flaco relatan las vicisitudes del  “servicio militar” que para ellos significaba hacer Risario. “El aprendizaje y los conocimientos obtenidos conllevan a un replanteo personal y grupal; así como también nuevos desafíos”, aseguran entre risas mientras hojean algunos viejos ejemplares.

 Los minutos se apoderan de la cálida tarde. Los flashes de la cámara fotográfica iluminan el recinto. Las anécdotas nos cobijan durante la estadía y las emociones danzan al compás de la tenue brisa que invade el lugar. ¿Qué les dejó Risario?, preguntamos con timidez.   

 “Risario ha sido una gran escuela”, relata el Flaco Pérez, y aclara: “Hoy muchos de los que han formado parte, o han sido colaboradores de la revista, se encuentran trabajando a nivel nacional, y han revoloteado alrededor nuestro”.

 Se acerca el final de la charla y, emocionado, Cheché López cierra el encuentro idolatrando la figura de su entrañable amigo: “David no iba a hacer un dibujo, David iba a hacer un universo”.

Texto: Elisabet Del Río

Entrevista: Elisabet Del Río y Nicolás Waiserman

Cámara y edición: Nicolás Waiserman

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